
Hoy, al pensar en muchas conversaciones que he tenido y he escuchado, traté de dar explicación a esas formas de reaccionar/responder tan desagradable que todos tenemos en algún momento de nuestras vidas. Y es que si todos nos ponemos a pensar en esto, no nos sorprenderemos al darnos cuenta que es muy común ver estos aspectos desagradables, como por ejemplo: Esas personas que se enojan por todo (como dice una canción de una banda chilena), son tan agresivos que llegan a asustar a su receptor. Por otro lado están esas personas que continuamente (por no decir siempre) resultan lastimadas, es decir "los que se hacen la víctima". Otros que hacen chiste de todo, "todo" lo que se les conversa y por último, aquellos que deprimen a toda persona que los escucha.
Creo que todos hemos reaccionado de alguna forma mencionada anteriormente, quizás de todas, una y otra vez. Cuando hacemos esto jugamos un "juego" que de una forma u otra expresa algún sentimiento (los que terminan enojados, heridos, asustados, etc...)
Pero como no todo en esta vida es malo, existen aquellas conversaciones relajadas, que se desarrollan tranquilamente y al final de esta, los participantes se sienten bien. Estas conversaciones quizás no contienen ningún tipo de juego.
En ambos casos las personas establecen contactos. En esos "juegos" los intercambios son negativos, por tanto, el contacto tambien lo es. Por el contrario, en esas conversaciones libres de "juegos" los intercambios y el contacto son buenos.
Al leer sobre el asunto, estoy de acuerdo con lo que plantean distintos autores y sus teorías. Y es que en respuesta al por qué de estos "juegos" se ha llegado a la conclusión de que las personas juegan este juego sólo por su hambre de contacto, ( incluso, queriendo obtenerlo de cualquier forma) sólo que al jugar esos "juegos" sus esfuerzos se equivocan para conseguir contactos positivos, dichos intentos se vuelven sobre ellos, produciendo contactos negativos.
De ahora en adelante, a valorar aquellas conversaciones que nos dejan con una sensación de bienestar, que nos hacen sentir que nos han dejado algo, un aporte, una emoción, incluso una sonrisa. Y aquellas conversaciones que nos agotan o sacan lo peor de nosotros, simplemente modificarlas o desecharlas.
Mª Fernanda Grandón J.